Las condiciones ambientales son un factor de riesgo severo para todas aquellas personas que realizan su trabajo en la calle, expuestas al frío, al viento, a la lluvia o al calor del sol.
Por ello, queremos incidir en los riesgos más comunes de trabajar bajo la exposición del sol y del calor, así como de los principales Equipos de Protección Individual (EPI) que protegen de estos riesgos.
Cuando estamos expuestos a altas temperaturas, el organismo mantiene sus funciones vitales disipando el calor metabólico y evaporando el agua en la superficie de la piel. Esta capacidad de disipar calor está influida por la diferencia de humedad entre la piel y el aire que lo rodea. De este modo, una elevada humedad ambiental y el uso de prendas gruesas o impermeables limitan la pérdida de calor por evaporación.
Efectos de la exposición al calor
Cuando realizamos esfuerzos físicos importantes en condiciones de calor excesivo podemos presentar alguno de estos efectos:
- Síncope por calor. Pérdida momentánea del conocimiento por la reducción del riego sanguíneo en el cerebro.
- Calambres por calor. Estos calambres musculares aparecen por una intensa sudoración al perder mucho líquido. Hay que interrumpir inmediatamente la actividad, descansar en un lugar fresco y reponer los líquidos y electrolitos, y evitar la exposición al calor durante al menos 24 o 48 horas.
- Agotamiento por calor. Es el trastorno más común y aparece como consecuencia de una deshidratación severa que provoca un desequilibrio electrolítico y deficiencia circulatoria. Sus síntomas son: sed, cefalea, espasmos musculares, debilidad, fatiga, atontamiento, ansiedad, reducción de la excreción de orina, y temperaturas corporales de 39 °C o superiores. Cuando sucede, hay que poner a la víctima en un lugar seco, tumbarle, reponer los líquidos perdidos y humedecer el cuerpo con toallas o paños húmedos.
- Golpe de calor. Es el efecto derivado del calor más grave y si no se trata, puede conducir a la muerte. Se da por una elevada temperatura corporal por encima de los 40,6 °C y provoca lesiones en los tejidos y un fallo del sistema nervioso central, por lo que hay que pedir asistencia sanitaria.
Los síntomas del golpe de calor son:
- Temperatura corporal por encima de los 40,6 °C
- Taquicardia
- Respiración rápida
- Cefalea
- Náuseas y vómitos
- Piel seca y caliente
- Ausencia de sudoración
- Confusión
- Convulsiones
- Pérdida de conciencia y pupilas dilatadas
Medios de prevención
La exposición laboral al calor entraña una serie de amenazas para la salud y seguridad de los trabajadores, por lo que será fundamental el uso de EPI que pueden ayudar a prevenir los efectos descritos anteriormente.
Cuando trabajamos expuestos al calor y al sol, hay que usar equipos de protección individual que mantengan activos los mecanismos de disipación del calor corporal por sudoración.
En este sentido, las prendas deberán ser amplias, ligeras y con valores de resistencia al vapor de agua tan bajos como sea posible, de forma que no se dificulten los mecanismos de refrigeración del organismo.
A la hora de elegir los guantes y el calzado, también seleccionaremos los EPI que presenten valores de resistencia al vapor de agua tan bajos como sea posible.
Además de ello, existen medidas a las que debemos prestar especial atención:
- Evitar o limitar el esfuerzo físico durante las horas de más calor.
- Tener agua siempre disponible.
- Evitar beber alcohol o bebidas con cafeína, ya que deshidratan el cuerpo y aumenta el riesgo de sufrir enfermedades debidas al calor.
- Establecer rotación y descansos.
- Dormir las horas necesarias
- Cuidar la alimentación.
- Utilizar cascos, gorras o sombreros acordes a la actividad.
- Utilizar gafas adecuadas (existen cinco niveles de protección asociados a cinco grados de transmitancia máxima a radiación UV, radiación visible y radiación infrarroja)
- Utilizar protección solar