Hoy encontrarás en el blog de Tocarama, tu fabricante y distribuidor de EPI, pautas para ayudarte en la elección y el uso de los cascos de protección. Para ello, nos basaremos en aspectos claves como la identificación del riesgo, la adaptación a las necesidades de protección de la tarea, las condiciones en las que se desarrolla y las condiciones en las que se usará el casco de protección.
Identificación del riesgo
Como sabrás, los EPI protegen frente a riesgos que no han sido eliminados o reducidos por otras vías. Así, el primer paso en el proceso de selección del casco de protección es identificar y cuantificar el riesgo frente al que nos debemos proteger.
Los riesgos más frecuentes son: caída de objetos, choques contra objetos inmóviles, aplastamiento lateral, contactos eléctricos, calor, llamas, etc.
Elegir un casco adecuado para la tarea y el trabajador
Como los EPI deben llevarse durante muchas horas y a veces en condiciones muy fatigosas, es necesario que ofrezcan confort al trabajador y que no limiten su percepción sensorial (reducción de la visibilidad, reducción del tacto o destreza, etc.)
Por ello, si hacemos una mala elección del EPI, el trabajador no lo utilizará, o al menos no todo el tiempo que debería.
El objetivo es que el casco se utilice durante todo el tiempo que dure la exposición al riesgo, por ello, en la selección del EPI deberemos tener en cuenta los siguientes factores:
- Ritmos de trabajo: los ritmos de trabajo elevados pueden suponer un incremento de la temperatura corporal, y como mínimo, generar un disconfort térmico. Por lo que deberemos optar, si es compatible con otros riesgos, por cascos con orificios de ventilación, o cascos más ligeros.
- Condiciones de humedad y temperatura: en condiciones de temperatura y humedad relativa elevadas, también pueden incrementar el disconfort térmico. Aquí también deberemos optar por cascos ligeros y que permitan la ventilación (dentro de las compatibilidades de protección requerida), para mejorar el confort del usuario, y propiciar que el EPI sea usado durante todo el tiempo.
Por otro lado, hay que prestar atención a algunos materiales, ya que pueden ofrecer peores prestaciones mecánicas a temperaturas extremas.
- Combinación con otros EPI: es muy habitual el uso de otros tipos de EPI en una determinada tarea, como protección auditiva, respiratoria y/o ocular. Por ello, debemos asegurarnos de que un EPI no interfiera sobre el otro, sobretodo en las protecciones que dependen del ajuste entre el equipo y la fisionomía del usuario, como es el caso de la protección auditiva y respiratoria.
- Requerimientos de visibilidad y comunicación: otro aspecto fundamental es la compatibilidad entre el EPI y la comunicación.
En cuanto al trabajador, que es quien lo llevará durante toda la exposición al riesgo, es importante que se ajuste correctamente para ejercer la función protectora, y que, durante el uso, la salud del usuario no se vea comprometida. Para ello tendremos en cuenta:
- Condiciones anatómicas, prestando atención a la talla y el diseño para que se ajusten perfectamente a la cabeza del usuario y permanezca en su posición durante toda la tarea.
- Condiciones fisiológicas, ya que el trabajador puede tener sensibilidad o alergia a determinadas sustancias o tener unas condiciones anatómicas particulares que deben ser tenidas en cuenta para que el trabajador lleve el EPI durante todo el tiempo necesario.