Hace sólo unos días entrábamos en el otoño, y muy pronto la bajada de temperaturas será muy significativa y llegará el frío, por lo que debemos protegernos contra el frío para los trabajos a la intemperie, ya que las consecuencias pueden ir más allá del enfriamiento y los catarros.
Podemos decir que existe una sensación de disconfort térmico cuando la temperatura es inferior de los 15 ºC y por debajo de lo 5ºC pueden aparecer una serie de efectos serios sobre la salud de los trabajadores. Hablamos de efectos que van desde los trastornos músculo-esqueléticos, hipersensibilidad y alergia al frío, pasando por afecciones respiratorias, cardiovasculares, articulares y digestivas, hasta llegar a la hipotermia.
Así que es muy importante la concienciación de la protección de los trabajadores frente al frío, por lo que vamos a señalar una serie de puntos claves que debes tener en cuenta para los trabajos expuestos al frío y los Equipos de Protección Individual (EPI) que debes utilizar
Trabajos al aire libre
Podemos decir que los trabajadores que habitualmente están más expuestos a sufrir los efectos del frío durante su trabajo son:
- Trabajadores de la construcción y obras públicas
- Agentes de policía, militares, bomberos y otros cuerpos de emergencia
- Transportistas
- Pescadores
- Trabajadores que entran y salen de cámaras frigoríficas
El peligro aparece cuando el calor generado por el cuerpo es inferior a la cantidad del calor que se disipa en el medio. También hay que tener en cuenta la velocidad del viento y la humedad, que influyen en el balance térmico. Esto nos permitirá determinar si los trabajadores pueden sufrir daños en la salud como consecuencia de la exposición al frío.
Además, el calor generado por el propio organismo también juega su papel en el balance térmico. Así, cuanto mayor sea la intensidad de la actividad física que realicemos, mayor será el calor metabólico generado, por lo que las medidas destinadas a evitar la disipación de calor requerirán de menor intensidad.
En este sentido, es importante evitar tanto la sobreprotección de los trabajadores, como la subprotección. Por ejemplo, si queremos proteger del frio, un aislamiento térmico excesivo del conjunto de prendas EPI´s pueden provocar la sudoración del trabajador, agravando así las consecuencias de la exposición al frío. También habrá que tener en cuenta si la tarea a desempeñar supone la exposición a temperaturas cambiantes a lo largo de la jornada laboral.
Cómo escogemos el EPI adecuado
Para escoger los EPIs más adecuados para el trabajo con frío, tendremos que tener en cuenta lo que marca la Ley 31/1995 para determinar el nivel de riesgo al que están expuestos los trabajadores. Así, deben aplicarse las medidas preventivas de índole organizativa, técnica o de cualquier otra naturaleza para neutralizar el riesgo, o para reducirlo a límites admisibles.
Para la elección y uso del EPI acudiremos al Real Decreto 773/1997, que obliga que los equipos cumplan con la legislación aplicable en materia de salud y seguridad, a lo que se aplica lo establecido en el Reglamento (UE) 2016/425 (o con la Directiva 89/686/CEE) para los productos ya puestos en el mercado antes del 21/04/2018).
Estos EPIs deberán haber sido sometidos a pruebas y ensayos y clasificados según los correspondientes niveles de prestación. Para las prendas de protección contra el frío, existen tres normas armonizadas que definen requisitos de prestación para las ropas y guantes contra el frío:
- EN 14058:2017. Prendas de protección contra ambientes fríos. Destinadas a ambientes de temperatura igual o superior a -5 °C con o sin presencia de viento y humedad.
- EN 342:2017. Prendas y conjuntos de prendas de protección contra el frío. Destinadas a situaciones con temperaturas inferiores a los -5 °C.
- EN 511:2006. Guantes de protección contra el frío. Norma destinada a guantes de protección contra el frío por conducción y convección hasta los -50 °C.