Protección respiratoria, qué debemos tener en cuenta

Hoy queremos hablarte de los equipos de protección respiratoria (EPR), uno de los EPIS más importantes para evitar intoxicarnos. En este sentido, su eficacia se basa en evitar que la atmósfera del entorno penetre en el adaptador facial, gracias a la creación de una presión positiva en el interior de la máscara o creando hermetismo entre el adaptador facial y el rostro del usuario.

Existen factores que determinan el ajuste del EPR, como son:

El vello facial: si el trabajador tiene barba, disminuirá en gran medida la protección del EPI, ya que permitirá la entrada de aire del exterior hacia el interior del adaptador facial.

Ritmo de trabajo: mientras mayor sea la exigencia física de un trabajo determinado, mayor será la presión negativa que se genera en el interior del adaptador facial. De esta manera, aumentan las probabilidades de que se produzca una fuga hacia el interior.

Tamaño inadecuado del EPR: en el mercado existen pocas tallas de mascarillas autofiltrantes, por lo que en ocasiones el EPR no corresponde con el que el usuario necesita.

Falta de conocimiento: otro de los problemas está en que los usuarios no suelen tener un conocimiento suficiente para saber si se lo han colocado bien. Y es que, hasta la mascarilla más básica requiere un procedimiento de colocación y comprobación de ajuste muy específico, y que en caso de no cumplirse, tiene una incidencia muy negativa en la protección ofrecida.

Por otro lado, tenemos que tener en cuenta una serie de consideraciones que repercutirán en la mejor hermeticidad de la unión entre el equipo y el cuerpo del usuario:

Tamaño y forma de la cara: hombres y mujeres necesitan tamaños de mascarillas diferentes, y el mercado no contempla mucha variedad en las medidas. Además, puede pasar que las protecciones no se adapten a la morfología del rostros del trabajador, y no pueda usar determinados diseños. Por ello, es tan importante que a la hora de comprarla tengamos en cuenta si el EPR se ajuste tanto como sea posible a la forma y tamaño de la cara.

Uso de gafas: si el trabajador necesita gafas graduadas, éstas pueden afectar al ajuste hermético, por lo que deberá tenerlas en cuenta para seleccionar la protección más adecuada.

Problemas de salud: existen determinados problemas médicos, como enfermedades pulmonares o del aparato circulatorio, que pueden impedir la utilización de este tipo de equipos.

Condiciones de temperatura y humedad:
si estas condiciones son elevadas, implican un estrés térmico u otro tipo de disconfort, que puede llevar al trabajador a retirarse el EPR.

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